Gran alcance de la cultura

La buena y profesional divulgación es garantía del gran alcance de la cultura entre el público generalista.

Función intermediaria

Quien propiamente sea especialista de un ámbito pero también realice al respecto una adecuada tarea divulgadora estará de todos modos asumiendo en tal tarea divulgadora una función intermediaria por estar dirigiéndose en tal caso al público generalista y no a su natural público especializado.

De la especialización a la divulgación

Que un discurso pase de la especialización a la divulgación es una responsabilidad que recae o debe recaer en un buen intermediario.

Interpretación específica y especializada

Puede haber buena y mala interpretación específica y especializada. De la buena es de la que habrá o debiera haber más opciones de que trascienda a la divulgación.

La mala divulgación

Además de la simple, y propia del plano más profesional, oposición a la divulgación o buena divulgación, denota la mala divulgación la, incluso más extrema a veces y bastante propia de lo coloquial, actitud de hacer llegar a la gente malintencionadas interpretaciones.

La buena divulgación

Por lo común, la buena divulgación es la que sencillamente se considera divulgación, a secas, y en concreto se trata de la asociada a la habilidad de hacer llegar al público generalista las mejores específicas interpretaciones, sean ajenas, que suele ser en gran medida lo habitual, sean propias.

Divulgación

En la divulgación está la habilidad de hacer llegar específicas interpretaciones al público generalista.

El público especializado

La específica interpretación contribuye a que un menor número de gente, lo cual por lo común acaba siendo el público especializado, sienta suyo el mensaje del que se trate.

El público generalista

La libre interpretación contribuye a que un mayor número de gente, lo cual por lo común acaba siendo el público generalista, sienta suyo el mensaje del que se trate.

Interpretar libremente

Al interpretar libremente deviene posible y hasta necesario amoldar el significado del mensaje a la propia circunstancia de quien lo recibe.

Sobreentender un contexto

Cuando se puede o debe sobreentender un contexto y en general un fondo semántico cualquiera es un grado notable de libre interpretación lo que se produce.

Adaptabilidad contextual

Que un contexto pueda o deba sobreentenderse conlleva que de lo que se trata es de proceder mediante una adaptabilidad contextual en cuanto al texto, por lo común minitexto, en cuestión.

Una contextualidad insuficiente

Por más que un discurso sea una combinación de minitexto y de minicontexto, o sea un minidiscurso, no tiene por qué por defecto determinarse el extremo de una contextualidad insuficiente, pues precisamente puede caber que se sobreentienda.

La combinación de texto y de contexto

Un discurso es en definitiva la combinación de texto y de contexto sin que deba tratarse necesariamente de una combinación mediante lo alfanumérico.

Aun si son minidiscursos

La compartida y habitual cualidad de sobreentenderse el contexto, hace que poemas y ecuaciones, aun si son minidiscursos en particular en sus respectivas partes textuales, puedan sin embargo adquirir grandes dimensiones en sus planos, también respectivos, contextuales.

Intuir el contexto de lo poético

Si bien a lo largo de la tradición literaria la poesía ha adoptado estilos marcadamente narrativos y para los que, por tanto, el contexto por lo común queda bastante bien definido, ha supuesto su decidida evolución hacia lo generalmente sentimental una necesidad de intuir el contexto de lo poético. Esto incluye, e incluso hace que sea lo propio, la libertad de interpretar el contexto adaptándolo al margen de la que fuese la contextualidad del poema original.

Intuir el contexto de los datos

En lo que a ecuaciones y demás formulaciones afines concierne, se debe intuir el contexto de los datos cuando éstos más estén expresados mediante la parte numérica y simbólica de lo que es alfanumérico.

Sentimientos y datos

Poemas y ecuaciones abarcan de manera respectiva sentimientos y datos, aspectos que, aun compartiendo habitualmente el tenerse que sobreentender el contexto, están alejadísimos entre sí en cuanto a esencia fundamental.

Poemas y ecuaciones

Contextos que habitualmente deben ser sobreentendidos devienen los de poemas y ecuaciones, dentro de lo que respectivamente podrían considerarse, en cierto sentido por lo menos, historias de tipo narrativo o semejante e historias de tipo ensayístico o semejante.

Minidiscursos

Todos los textos, no necesariamente alfanuméricos, que sean breves o, siendo asimismo y por lo general breves, tengan poca profundidad temática y, así pues, en cualquiera de los casos no suelan constituir más que minidiscursos tendrán a menudo contextos también tan mini que cabrá que tales minicontextos deban sobreentenderse.

Historia de un proyecto

La historia de un proyecto, termine siendo o no una historia reflejada mediante forma de narración, ensayo u otras parecidas, es asimilable a una estructura discursiva, donde, por tanto y desde una perspectiva amplia, hay un texto por lo menos y un contexto por lo menos también.

Estructuras discursivas

Las respectivas estructuras discursivas de lo que considero historias narrativas e historias ensayísticas guardan también similitudes. En el primer caso, es habitual considerar que se trata de: presentación, nudo y desenlace; en el segundo: planteamiento, desarrollo y conclusión.

Principio y fin

La mayor dificultad en cuanto a concebir lo ensayístico en tanto que historia puede radicar en esencia en que el concepto de historia se asocia a sucesión de acontecimientos verídicos o ficticios, mientras que lo ensayístico consiste en una sucesión pero, fundamentalmente por lo menos, de ideas. No obstante, el ensayo no deja de disponer de principio y fin del mismo modo que una narración u otras piezas parecidas, y por ello mismo me parece definible como una categoría de historia.

Otras obras ensayísticas

Lo que otras obras ensayísticas, no necesariamente así pues de eminente naturaleza historicista, son puede asimismo circunscribirse al concepto genérico de historia, en el que también y ya de por sí las narraciones y demás géneros literarios y artísticos caben.

La historia en su más amplia dimensión

Es de hecho la historia en su más amplia dimensión, o sea cuando se trata de la historia de la humanidad, de la del universo y de la de similares, una historia ensayística cuando en efecto se relata en general y cuando se hace en particular desde lo académico o lo divulgativo.

Historia ensayística

Que un ensayo, en tanto que género estilístico, pueda contemplarse a su modo en tanto que historia es lo que a la calificación de historia ensayística da sentido.

Las historias

Un ensayo, en tanto que género estilístico y por lo común en formato literario, es contemplable, aunque a su modo, dentro de lo que son las historias, igual que lo es una narración.

Historia narrativa pero también ensayística

Respecto a la idea de historia cabe contemplar la noción de historia narrativa pero también ensayística e incluso de otros géneros afines tanto en un caso como en otro.

Todas las fases

Con todas las fases o etapas de una cierta trayectoria activa, tendremos una historia.

Ciclos tras ciclos

Prestando atención a la trayectoria ciclos tras ciclos, se determinarán las etapas en tal trayectoria estilística o de prácticamente cualquier otra tipología.