Ciclo tras ciclo

En todo estilo, proyecto o similar, la trayectoria en el sentido que sea es ciclo tras ciclo el modo mediante el que adquiere forma.

Trayectoria

Además del rumbo que un estilo, un proyecto o similar toma o parece tomar en un ciclo determinado, la trayectoria es la retrospectiva desde todo, o parte de, ese ciclo u otro.

Un ciclo

Sea en el ámbito estilístico o en otros aunque en especial si son ámbitos afines, un ciclo es lo que va desde una acción rompedora a otra pasando por todo el tramo intermedio y estable.

De estabilizarse a romper

Lo consolidado, por más completo y aceptado que sea, si no pasa de estabilizarse a romper no se logrará sino un fuerte desgaste y hasta una difícilmente resoluble repetitividad.

De romper a estabilizarse

Lo transformador, por más profundo e intenso que sea, si no pasa de romper a estabilizarse no se logrará sino una perpetua indefinición y hasta un difícilmente resoluble caos.

Acción estilística rompedora

Si antes de intentar romper en el marco del estilo del que se trate, preparamos por lo menos un poco nuestra pretendida acción estilística rompedora, será lo resultante mejor en su conjunto, mejor recibido y aceptado en general y, de ahí, más transformador.

Romper por romper

Más allá de en tanto que técnica experimental, no sirve de demasiado el romper por romper a través de estilos pretendidamente únicos e individuales y menos aún sirve en medio de estilos únicos grupales.

Lo rompedor de origen individual y único

Cualquier estilo único individual, y por tanto más en el marco de lo artístico, se supone de por sí interesado en ser rompedor pero por ello mismo con toda probabilidad no logre serlo si no se basa en la, aunque sea mínima, evaluación de lo que con anterioridad ha surgido de otros estilos. Es con tal evaluación que puede llegarse a lo rompedor de origen individual y único sin tener que necesariamente pasar por lo propiamente grupal.

Estilos rompedores

Será difícil que entre estilos únicos grupales alcancemos méritos estilísticos y, más aún, estilos rompedores de no ser que ante todo conozcamos primero a fondo tales estilos grupales. Queda así reafirmada la conveniencia de ante todo adaptarse primero a los estilos únicos grupales y a partir de ahí innovar, pues de lo contrario, con toda probabilidad lo que logremos, y sin ser conscientes de ello, sea repetir algo que ya se hubiese intentado y no la pertinente transgresión.

No transmitir soberbia

En estilos únicos grupales, acoplarse lo mejor posible al estilo único grupal del que se trate debe siempre procurar hacerse antes que, en pro del mérito estilístico, intentar conseguir por lo menos cierta originalidad individual y propia, pues lograremos así no transmitir soberbia en absoluto.

El mérito estilístico

Igual que en estilos únicos individuales, no deja de estar en estilos únicos grupales el mérito estilístico en conseguir por lo menos cierta originalidad individual y propia.

El reto estilístico

Queriendo dedicarse alguien a un ámbito más técnico, el reto estilístico está en definitiva en acoplarse lo mejor posible al estilo único grupal, mientras que al querer dedicarse a un ámbito más artístico está, en definitiva también, en desarrollar un estilo único individual.

Un estilo, así tal cual

Es importante haber destacado lo que concierne a la comparativa que específica y eventualmente se realice en cuanto a estilos únicos y no a estilos en plan genérico porque referirse a un estilo, así tal cual, sin más, da o fácilmente puede dar a entender un estilo que sea grupal, si bien quizá único.

Más en el fondo o más en la forma

Tanto similitudes como diferencias de estilos únicos con otros estilos únicos, ya sean, bien en ambos casos, bien uno por una parte y otro por otra, únicos individuales o grupales, pueden radicar más en el fondo o más en la forma en cualquiera de las circunstancias.

Estilos únicos individuales y grupales

Se pueden identificar estilos únicos individuales y grupales, de tal manera que en los ámbitos más técnicos prevalece el estilo único grupal y en los más artísticos el estilo único individual.

Otro estilo único

Bien es cierto que en los ámbitos más artísticos es importante tener un estilo único pero, de no referirnos al de una corriente estilística concreta, se trata de otro estilo único: el referido a estilo único en el sentido particular de cada artista. Entonces, al prevalecer en lo artístico el estilo único pero de cada artista en concreto, es en definitiva el estilo variado lo característico ahí.

Un estilo único

Dentro de los ámbitos más técnicos, desde en particular lo científico a lo legislativo y jurídico, es característico que un estilo único sea lo que prevalezca.

La función de corrientes estilísticas

Independientemente de que un estilo no deba plagiar a otro, bien es adecuada, y hasta lo mejor en ocasiones, la función de corrientes estilísticas menos o más difundidas, muy en especial corrientes artísticas.

Un estilo artístico

El peor defecto en el que puede caer un estilo, en particular siendo o intentando ser un estilo artístico, es el de no aspirar a más que a consolidarse deviniendo una deliberada y facilona copia tal cual de otro estilo.

El estilo

Con los criterios valorativos creativos que, no necesariamente dentro de lo eminentemente artístico pero siempre en función de las capacidades de la autoría, la propia autoría aplica a su proyecto comunicativo o, en todo caso, a la parte comunicativa del proyecto, se constituye en definitiva y, si no del todo, en buena parte el estilo de precisamente la autoría y por tanto también, en fondo y forma, del proyecto.

Ni hacia lo perfecto, ni hacia lo caótico

Todo baremo valorativo aplicado a un proyecto emprendedor, tanto por parte de público como de autoría, debe caracterizarse por ni ser demasiado estricto, en particular en etapas estables, ni demasiado permisivo, en particular en etapas de inicio o cambio. Lo importante, en especial tratándose de un blog o de una iniciativa similar, es que el proyecto y a su vez el baremo aplicable no estén encaminados ni hacia lo perfecto, ni hacia lo caótico, pues perfección y caos representan límites tan absolutos que, por lo tanto, implican que no cabe hacer más.

Constante cambio potencial por parte de la autoría

Dando por sentado el constante cambio potencial por parte del público incluso en etapas estables, recae en la autoría la responsabilidad de no hacer un uso cualquiera del precisamente constante cambio potencial por parte de la autoría misma. Esta responsabilidad conlleva identificar cuándo es, de manera menos o más conveniente, cambiar de baremo valorativo redundando, así pues, en un cambio directo menos o más profundo del proyecto y en un posible ajuste o reajuste entre valoración de la propia autoría y de cualquier público.

Constante cambio potencial por parte del público

Más allá de los baremos valorativos, puede un proyecto, en particular siendo dinámico, estar en constante cambio potencial por parte del público del que se trate en el sentido de que el público en sí mismo puede variar y, de hecho, hacerlo esencialmente si no del todo por cambiar respecto a baremos valorativos. No se trata tanto de que el público pueda aplicar directamente cambios en el proyecto, lo cual es propio de la autoría, si bien por las elevadas capacidades interactivas de lo telemático abierto, por ejemplo y muy destacadamente los blogs, puede considerarse que ahí el público en efecto tiene capacidad directa o bastante directa de mantener o cambiar su actuación en la iniciativa de la que se trate, sin perjuicio de la actuación que desde la autoría se haga o se deje de hacer.

Constante cambio potencial

Sobre todo si se trata de proyectos dinámicos, están esas iniciativas que sean, y de ahí los baremos valorativos, en constante cambio potencial tanto por parte del público del que se trate como de la autoría. No obstante, la valoración que en una etapa estable ha sido dada por válida puede, en términos generales y, así pues, habiendo quizá excepciones en según qué casos, continuar dándose por válida teniendo en cuenta el marco de tal etapa estable en el que la valoración se hizo, si bien en la etapa nueva del proyecto la valoración en cuestión pueda ser otra precisamente por haberse dado un cambio de baremo.

Niveles valorativos específicos

Ante el inicio o en un profundo cambio del proyecto que sea, ocurre que respectivamente se ajusta o reajusta el nivel valorativo general, haciendo que determinados y, en su caso, nuevos niveles valorativos específicos puedan acabar produciéndose entre cualquier público y la autoría.

Nivel valorativo general

Ya que en proyectos estables los ajustes y desajustes se producirán a nivel valorativo general de manera firmemente posicionada entre el público del que se trate y la autoría, costará más que tal situación cambie, cosa la cual va bien por un lado en tanto que el público fidelizado se mantendrá pero, por otro, atraer público nuevo de entre en especial quienes no compartan con la autoría baremo valorativo no será sencillo en absoluto.

Desajustes valorativos en proyectos estables

No es que entre el público que sea y la autoría no se den desajustes valorativos en proyectos estables; pero cuando se trate de público verdaderamente fiel, serán mínimos tales desajustes, y a nivel más general esos mismos desajustes se producirán de manera firmemente posicionada. Por esto último, lo que aquello que a público, sea efectivo o potencial, y a autoría respectivamente les resulte acertado o desacertado en cuanto al proyecto no estará sujeto a demasiada variación ni imprevisibilidad y de ahí que el desajuste, fundamentalmente por prevención de parte de la propia autoría, sea identificable y evitable.

El encaje de baremos valorativos

Que a lo largo de la trayectoria de un proyecto el encaje de baremos valorativos entre público o públicos y autoría se produzca o no, se corresponderá respectiva y habitualmente con etapas de estabilidad o bien de inicio o cambio.

Acertado o desacertado

Suele darse el caso de que el baremo valorativo que por su parte aplique el público que sea, o un sector o incluso un individuo del mismo, y por la suya la autoría no se ajustan demasiado, en particular en etapas iniciales o de cambio del proyecto del que se trate, de modo que lo que por una de esas partes puede considerarse acertado o desacertado respecto al proyecto en cuestión, puede considerarse a la inversa por la otra.

Baremo valorativo

Lo que específicamente consideremos profundo o superficial dependerá de qué baremo valorativo apliquemos a cada proyecto en particular, sea desde la perspectiva del público o los públicos, sea desde la de la misma autoría.

Pleno rendimiento

El paso de un blog, y por extensión de cualquier iniciativa y en especial si es similar, de estar en construcción a estar a pleno rendimiento lo marca que al proyecto en cuestión se le aplique un modo profundo en todos los niveles de elaboración si es estático y un modo profundo en la elaboración básica pero superficial, aunque no extremo, en la total si es dinámico.